Tos ferina en niños

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Tos ferina Es una enfermedad infecciosa aguda caracterizada por ataques severos de tos espasmódica. Es de naturaleza bacteriana y es causada por tos ferina.

Se distribuye por gotitas en el aire y puede transmitirse desde un portador enfermo o bacteriano a niños que no tienen inmunidad específica.

La mayor susceptibilidad a la enfermedad se observa en niños de edad temprana y preescolar, y para los niños que no han alcanzado el año, la tos ferina es mortal.

Hoy en día, existe un método efectivo para proteger a los bebés de esta enfermedad: la vacuna DTP, cuyo nombre sugiere la administración de un toxoide pertussis-diftérico-tetánico adsorbido a un niño. Está dirigido contra la difteria, el tétanos y la tos ferina. La vacunación se lleva a cabo en el primer año de vida de un niño, a los 3 meses; 4,5 meses y 6 meses, es decir, tres veces. Luego lo hacen un año después y después de que el niño alcanza los 6-7 años (antes de comenzar a asistir a la escuela).

Hoy se habla mucho sobre las complicaciones de las vacunas, sin embargo, las estadísticas médicas tienen datos sobre solo el 5% de los niños que tienen una reacción a la vacuna DPT en forma de temperatura, disminución del apetito y una pequeña rinitis. Considerando que todavía no se ha inventado otra forma de crear una inmunidad estable para un niño contra las tres enfermedades más graves, parece que estas reacciones no son comparables con la protección que un niño recibe con la vacuna.

Tos ferina en niños - síntomas

En el período inicial, la enfermedad no tiene signos específicos y en su curso se asemeja a una enfermedad respiratoria normal. Se manifiesta por un ligero aumento de la temperatura (generalmente no superior a 37.5 ° C), una ligera indisposición, secreción mucosa de la nariz y una tos seca rara, que aumenta gradualmente.

Al final de la segunda semana de la enfermedad, aparecen sus síntomas principales: ataques espasmódicos, que consisten en una serie de temblores de tos, seguidos de un silbido profundo. Se alternan con la tos y, dependiendo de la gravedad de la tos ferina, pueden ocurrir de 2 a 15 ciclos por ataque.

El ataque es muy difícil y se acompaña de la cara azul del niño, hemorragias en la esclerótica y conjuntiva de los ojos, hinchazón de las venas del cuello. En los bebés, la respiración puede detenerse, también pueden desarrollarse calambres. El final del ataque puede juzgarse por la liberación de una pequeña cantidad de esputo vítreo viscoso o vómitos.

Un día puede ocurrir de 5 a 50 ataques, dependiendo de la gravedad de la enfermedad. Pueden durar de 3 a 4 semanas, luego son reemplazados por una tos simple no convulsiva, que dura otras 2-3 semanas.

Tos ferina en niños: métodos de tratamiento

Los niños menores de 1 año y los niños con complicaciones deben recibir tratamiento en un hospital. Otros pueden recibir tratamiento en casa. Con dicho diagnóstico, es necesario proporcionar al niño un entorno que excluya la influencia de posibles agentes irritantes que puedan provocar un ataque de tos espástica. También es necesario ventilar más a menudo la habitación donde está el bebé enfermo.

El uso de antibióticos es aconsejable en la etapa inicial de la enfermedad, antes de la aparición de la tos espasmódica, para suprimir el desarrollo del agente causante de la tos ferina. Si ha llegado la etapa de la tos espasmódica, el uso de antibióticos no será efectivo.

Los medicamentos para el tratamiento deben ser recetados solo por un médico. Como regla general, la mayoría de las veces el tratamiento se lleva a cabo con la ayuda de eritromicina y azitromicina, así como medicamentos antialérgicos y preparaciones de calcio, ya que la toxina pertussis es la causa de alergias graves en el cuerpo del niño. La decisión sobre el uso de antihistamínicos también la toma el médico.

En el tratamiento de la tos ferina, debe proporcionar a su hijo una dieta dietética y equilibrada, que debe basarse en cereales, carne hervida, papas, frutas y verduras frescas.

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